20 de septiembre de 2011

Dive-aholic

Para efectos prácticos, empecé a bucear hace poco más de un año aunque la fecha de mi titulación ya tiene solera. Coincidir en mi nuevo trabajo con una compañera entusiasmada por el buceo, que me contaba todo sobre bucear me abrió el gusanillo de nuevo y quise retomarlo.

Lo había dejado con muy poquitas inmersiones y busqué un modo de volver a bucear. Hablé con el centro de buceo que tenía más cerca de casa y me explicaron que con una especie de bautizo que incluyera ejercicios podía servirme.


Di con un gran instructor al que le tengo mucha estima y al que le estoy muy agradecida que me dio la confianza suficiente para que me sintiera a gusto en el agua. Eso unido a mis ganas y a la sensación de paz y felicidad que experimento en cada inmersión fue lo que me ha convertido en una adicta al buceo.

Después de llegó la carcasa submarina para mi Canon G9 y le ha agregado otra sustancia más a la adicción aunque debo reconocer que, a veces, simplemente la llevo pero no la uso porque todavía me gusta disfrutar de la inmersión y sólo mirar.  Tampoco soy muy buena todavía pero mi próximo viaje al Mar Rojo exige que le dedique más práctica en estos meses :)

Espero que mis pequeñas aportaciones os gusten y me podáis dar ideas y sugerencias porque el buceo y la fotografía es un aprendizaje continuo.

2 comentarios:

  1. Bue, pues desde mi perspectiva de novato (eterno) del buceo seguiremos sus andazas subacuáticas de cerca!! Aunque sean para reafirmar mi intención de no pasar de 5 mts! :D

    ResponderEliminar
  2. A mí también me gustan más las poco profundas, tienen muchas ventajas: puedes estar más tiempo, la botella dura más (y puede ser más pequeña, mis lumbares lo agradecen), la luz es espectacular y hay vida a borbotones. La única pega que le pongo es el tema de la flotabilidad que es más complicada, yo al menos tengo que estar todavía muy pendiente en éstas. Pero todo se andará!

    Gracias por seguirme :)) Me hace mucha ilusión!

    ResponderEliminar