8 de enero de 2013

Arribazones de Posidonia oceanica

El pasado domingo paseando por la playa de Santa Pola observé, con decepción, que de nuevo habían "limpiado" las playas de los arribazones de Posidonia oceanica porque las "ensucian y huelen mal" y eso espanta a los turistas. Se notaban los restos de las excavadoras responsables de la limpieza de las playas. ¿Por qué quitarlos ahora, en invierno, que no hay casi nadie, que apenas había gente paseando por la playa un domingo por la mañana? Se echarán de menos en febrero cuando se produzcan los temporales y se lleven la arena.

Para mí, los arribazones de Posidonia y algas en descomposición huelen a playa, a jugar entre esas montañas en las que te hundes, a bichos y pájaros, a pasear en invierno y a un lugar blandito para la toalla en verano. Es un olor distinto, desde luego no es como oler un jazmín o un galán de noche, pero no me resulta desagradable. Es simplemente el olor a una parte de la naturaleza y del medio marino.


Podría hablar de los numerosos beneficios de dejar los arribazones en las playas, aunque fuera al menos en invierno, como ahorrar en el presupuesto municipal, servir de protección de las playas ante los temporales, fertilizar una zona muy pobre en nutrientes por la acción de las olas, el sol y la sal, permitir el desarrollo de un sistema temporal que sirve a artrópodos, moluscos, aves..



En este caso, el ave que se ve arriba ampliando la fotografía es un chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) en este caso un macho adulto con el plumaje invernal:


Pero me gustaría hablar de que el  concepto de sucio y mal olor es subjetivo, y en este caso, bajo mi punto de vista denota la gran distancia que cada vez se produce más con el medio natural. El olfato es un sentido que hemos desarrollado para captar información del medio, como por ejemplo, para detectar un incendio lo reconocemos por el olor en primer lugar. Si estamos tan distanciados que ¡nuestro propio olor corporal, que es una forma más de identificarnos, nos resulta desagradable! (o... ¿es que nos están enseñando a eso?)

Tal vez haya que enseñar a asociar que oler, tocar, pisar las arribazones no tiene por qué ser desagradable es una señal de que hay buenas praderas de Posidonia oceanica en esa zona que contribuyen a tener unas aguas limpias y con una buena calidad, de las que los veraneantes disfrutan y que multitud de aves se aprovechan de ellos, que nuestras playas así, son más ricas en biodiversidad. Debería ser un valor añadido para que vinieran los turistas a visitarnos porque estamos en un lugar privilegiado.

Y a ti, ¿te molesta el olor? ¿Los limpiarías o los dejarías en la playa? 

2 comentarios:

  1. No suelo utilizar desodorante y me afeito o me corto el pelo únicamente cuando es imperativo hacerlo por los requerimientos el entorno social.
    Me gusta la naturaleza como es, con sus colores, con su diversidad, sin retoques artificiales.
    Y, con independencia de los beneficios ecosistémicos (que para muchos son difíciles de ver), si nos podemos ahorrar el coste de retirarlos y con ellos reducir el coste de reponer la arena de las playas ¿por qué no dejarlos?

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  2. Gracias Alberto por el comentario :-)

    En este caso (igual que en otros muchos) ser ambientalmente respetuoso es ahorrar costes y si bien en verano quieren retirarlos al menos podrían dejarlos de otoño a primavera. Austeridad para lo que conviene ;)

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