15 de mayo de 2012

De la mar, el mero Epinephelus marginatus

El mero, ese simpático pez que a todos los buceadores nos encandila... de nombre científico cuasi impronunciable Epinephelus marginatus.

¡¡Hemos visto meros!! es una expresión que habitualmente va a acompañada de una sonrisa. ¿Será su aparentemente torpeza, la forma peculiar de sus aletas laterales que lo hacen tan particular, o su cara de bobalicón? (que no os confunda es uno de los mayores depredadores del mar, el terror de cangrejos y pulpos).


Además, su sabor, cocinado es riquísimo (de ahí el refrán), lo que provoca que mi lucha personal entre su sabor y lo que me gusta verlo se decante hacia el lado de disfrutar de su presencia cuando recuerdo que es una especie catalogada como "En peligro" por la UICN porque se considera que su población se ha visto reducida en un 50% en las tres últimas generaciones.

Es especie de fondos rocosos entre los 8 y 300 m de profundidad del Mar Mediterráneo (pionero en el declive de sus poblaciones), Océano Atlántico e Índico. Le gustan los fondos rocosos por su carácter territorial y es muy frecuente verlo en cuevas en las que habita, normalmente de su justo tamaño para evitar que otra especie más grande que él pueda habitarla. Según la wikipedia en inglés, la cueva que habita suele tener dos salidas (¡pez listo!). Los jóvenes suelen encontrarse cercanos a la costa.

Su vida media es de 50 años con un peso de 60 Kg y 150 cm de longitud  (¡pedazo bicho! no he tenido el honor todavía de cruzarme con un mero tan grande, tal vez porque habitan en las grandes profundidades). El color puede variar siendo marrón oscuro con motas amarillas de adulto y verde a azulado de juvenil, y según la wikipedia en español puede cambiar su coloración en función de su estado emocional y reproductor. (tengo especial curiosidad por ampliar la información de este punto)

Legislación y amenazas


Las mayores amenazas son la pesca comercial y la pesca deportiva. En la actualidad, el mero es una especie que se encuentra en el Anexo III del "Protocolo sobre las zonas especialmente protegidas y la diversidad biológica en el Mediterráneo y anexos" según el cual su pesca debe estar reglamentada.

El problema principal de esta simpática especie que podemos encontrarla desde los 8 hasta los 300 m... (bueno a los 8 m fuera de zonas de reserva marina si hay mucha suerte, hay meros y no se esconden de los buceadores) es su modo de reproducción. 

Biología reproductiva


El mero alcanza la madurez sexual a los 5-6 años (su talla mínima para pesca está autorizada para 45 cm en España, a esta talla todavía no ha alcanzado su madurez sexual) lo que ya nos puede dar una idea de lo lento de su proceso reproductivo y de su problemática. 

Es hermafrodita protogínico, es decir, la primera parte de su vida es hembra y a partir del noveno año puede revertir a macho. No siempre se produce a esta edad si no que puede permanecer en estado hembra hasta los 16 años. La proporción de machos:hembras es de 1:7, por cada 7 hembras hay un macho. 

Sin embargo, las hembras pueden revertir a macho si las condiciones de la población así lo exigen, caso indicativo de sobreexplotación porque las hembras se ven forzadas a convertirse en machos a edades muy tempranas. 

También es importante señalar que a mayor tamaño de la hembra mayor capacidad de desove por lo que hembras muy jóvenes tienen una menor capacidad reproductiva dificultando la recuperación de la especie.

A esto se añade que durante el período reproductivo se producen agregaciones de meros que constan de un macho y varias hembras situación propicia para sobreexplotación por pesca comercial.   

Problemática principal del mero (Epinephelus marginatus)


A partir de lo expuesto en el punto anterior es muy fácil entender su problemática, la pesca de meros a partir de 45 cm cuando ni tan siquiera ha alcanzado la madurez sexual supone decantar la población hacia hembras con escasa presencia de machos pues al ser de mayor tamaño son más apetecibles tanto para la pesca deportiva como para la pesca comercial. 

Estas dos circunstancias, su biología reproductiva y las agregaciones, hacen que el mero sea una especie con un riesgo de extinción potencialmente alto.

En este caso, en zonas no protegidas lo ideal sería establecer cupos con tallas máximas y mínimas para permitir el adecuado equilibrio entre machos y hembras.

Peor si lo que buscamos es la solución más efectiva, el establecimiento de áreas protegidas donde esté prohibida la pesca de meros favorece que se produzcan las adecuadas condiciones de reproducción y recuperación de la especie. Además, conforme transcurren los años el exceso de meros puede desbordar el área marina protegida, gracias al efecto reserva del que ya hablé aquí.



Fuentes consultadas:



2 comentarios:

  1. Hola!!

    Muy buena entrada!!! Espectacular lo que cuentas de los meros... no sabia tantos datos, yo si he tenido la oportunidad de cruzarme con algun ejemplar grande y la verdad es que impresiona...
    Un saludo

    www.diariodeneo-abel.blogspot.com

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  2. Gracias Abel por tu comentario :-) Estoy deseando cruzarme con un mero grande!

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